Segunda publicación periódica de Jakob Riffel, 1929-1945
Der Russlanddeutsche - Nº 1 |
Luego de cuatro años
de trabajo cultural, histórico y etnográfico muy intensivo volcado a la primera
publicación Rußlanddeutsche
Ecke (Rincón alemán de Rusia), que apareció desde 1925 hasta 1925
como anexo de la Revista Parroquial del entonces Sínodo Evangélico Alemán del
Río de la Plata (hoy Iglesia Evangélica de Río de la Plata), Riffel consideró
que había llegado el momento de crear un semanario propio, dirigido
expresamente a los alemanes de Rusia. Por un lado, su Rincón había ganado un amplio círculo de lectores; y por otra, se
había formado diferencias entre Riffel y la dirección de la Revista Parroquial. Algunas personas no
veían con demasiado agrado que Riffel enfatizara el carácter específico de los
alemanes de Rusia. Además, la Revista
Parroquial tenía un costo mayor y se dirigía más a lectores urbanos y no
tanto rurales. Así Riffel lanzó el 5 de abril de 1929 el primer número de una
publicación de edición propia, Der Rußlanddeutsche,
El Alemán de Rusia (curiosamente y contradiciendo
a su propio criterio de traducir Rußlanddeutscher por alemán de Rusia, Riffel mismo indicó
como título en castellano de su publicación El
Ruso-Alemán).
Der Russlanddeutsche |
El carácter ecuménico del semanario de
Riffel se evidencia en la publicación de programas de actividades de varias
Iglesias: Congregacional, Río de la Plata, Misuri, Bautistas, y también algunas
actividades de parroquias católicas. Ya en el primer número, Riffel destacó que
su publicación quería ser interconfesional, lo cual no significaba
aconfesional. Aclaró que aún sin proclamarlo a voces en cada ocasión, un
espíritu cristiano debía permear la publicación.
A la vez, Riffel destacó que así como
los ancianos se sienten vinculados a su patria de origen allá en el Volga, él
quería que los hijos se arraiguen en su
patria, la Argentina, pero por cierto no despreciando lo que era caro y sagrado
para los mayores; y conociendo su historia y su idiosincrasia. Por cierto, una
visión de enorme validez para su momento histórico.
Para poder editar este semanario,
Riffel instaló una imprenta propia en la zona rural de Lucas González, a pocos
metros de la casa pastoral. En vista de las dificultades de este trabajo
pionero, Riffel le dio el nombre del creador de la imprenta de tipos móviles: Gutenberg.
Fröhliche Jugend |
La nueva publicación de 4 páginas tuvo
una tirada de 2000 ejemplares. Al poco tiempo pasó a 6 y después a 8 páginas.
En 1932 pasó a tener 12 páginas. Contaba con muchos avisos publicitarios de
negocios, farmacias, talleres, semillerías, búsqueda y oferta de maestros
alemanes e incluso búsqueda de parejas. Un dato de interés es que desde fines
de 1931 incluyó el agregado mensual gratuito Fröhliche Jugend (Juventud alegre), dedicado a la
educación y recreación de la juventud. Asimismo, Riffel agregaba discursos de
personajes de Alemania sobre temas de ese país, en alemán y en traducción
castellana. En 1937, al contar con una imprenta más moderna, amplió el formato
y elevó el número de páginas a 16. Este crecimiento se lo agradeció a un apoyo
financiero recibido de la “Unión Germánica en la Argentina” (Deutscher Volksbund für Argentinien) y
de la “Liga de los Alemanes en el Extranjero” (Bund der Deutschen im Ausland) con sede en Berlín). Este tamaño se
mantuvo hasta 1940, cuando la revista pasó a 6 páginas; y en 1942 se redujo a
4, como medida de ahorro en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.
La publicación ofrecía un material más
voluminoso y diferenciado que el Rincón.
Desarrolló varias secciones: un artículo editorial, noticias provinciales e
internacionales (principalmente de Alemania y de la URSS, con una marcada
oposición al comunismo bolchevique), una sección con aportes de los lectores y
corresponsales, una novela en varias entregas, programas de las Iglesias, y
necrológicas.
Un éxito especial logró una novela
ubicada en las colonias del Volga: “Der Kirgisenmichel – Ein Wolgasteppenbild
aus dem 18. Jahrhundert” (“Miguel, el Kirguís – Un cuadro de las estepas del Volga del siglo XVIII”). Por el
éxito obtenido, Riffel publicó este relato también como librito.
La publicación fue órgano de
manifestación de las preocupaciones y experiencias de la colectividad,
relacionadas fundamentalmente con los problemas del campo; y fortalecía también
su identidad cultural. La dura realidad de los colonos arrendatarios, la
explotación por el sistema de subarrendamiento, la situación de los campesinos
pequeños y la dificultad de conseguir tierra por la venta oficial de enormes
extensiones de tierra a capitalistas y terratenientes, todo ello se hizo oír
con fuerza en las páginas del semanario. Una frase especialmente aguda es la
siguiente: “Del Gobierno no se puede esperar nada”. En este contexto, varias
voces promovían la organización de una liga de campesinos de la colectividad e
incluso la fundación de un “Partido Campesino”. Otras voces pedían la
afiliación a la “Unión Agraria Germano-Argentina”, que efectivamente existió en
la Argentina y que ya prácticamente nadie recuerda. Luego de estas propuestas
de alto vuelo, se produjo un intercambio sobre la urgencia de crear
cooperativas para la defensa de los intereses de los campesinos, sobre todo
frente a los comerciantes intermediarios y los consorcios cerealeros.
Margarethe Schenk-Gruß an die Wolgaheimat-1929 (1) |
El régimen nacionalsocialista de
Alemania, instalado en 1933, se abrió un espacio cada vez mayor en el
semanario, siendo recibido y reflexionado de manera positiva en múltiples
artículos, cuyas aristas polémicas ya no sólo tenían que ver con la oposición
al comunismo soviético, sino también a los judíos, de acuerdo a la ideología
nazi. Con el crecimiento de la ideología racista centrada en lo alemán, hubo
también una nueva toma de conciencia de los alemanes de Rusia de su carácter
alemán y de su vinculación con lo que llamaban la “Madre Patria”.
A la distancia que marca la historia,
cabe constatar que la publicación con sus múltiples voces ha llegado a
legitimar la ideología del Tercer Reich al dejarse usar como “puente” entre los
portavoces de la misma y diversos grupos y situaciones en la Argentina, como
por ejemplo las escuelas rurales, bibliotecas, entidades alemanas de
beneficencia, actividades deportivas, agrupaciones de base del partido nazi,
actos con delegados y enviados del Tercer Reich, y festejos de las
congregaciones evangélicas del Sínodo del Río de la Plata. En este aspecto, la
publicación difundió entre los alemanes de Rusia una comprensión que muchos
compartían en el Río de la Plata y que sostenía una relación armónica y de
continuidad entre la fe y lo étnico-cultural alemán (“Glaube und
Deutschtum/Volkstum”); y reavivó el concepto de la “patria alemana” entre la
colectividad que hacia 170 años había dejado Alemania y que había llegado a
sentirse volguense.
Esta parte de la historia aún requiere
de una investigación profunda, ya que se produjo un fenómeno de dominio en el
que personas de ideología nazi coparon diversos espacios de diversas publicaciones,
desplazando o relegando aportes de otros lectores. En el caso del Der Rußlanddeutsche, esta ideología fomentaba
la toma de conciencia de la idiosincrasia alemana de los inmigrantes de Rusia y
sus descendientes, que expresaban que por fin podían ser considerados alemanes
y no “rusos” y apátridas. De allí el fuerte interés y la gran participación de muchos
colonos entrerrianos, chaqueños y otros en las manifestaciones culturales y los
elementos del universo simbólico que los vinculaban con Alemania: deporte,
discursos, el Himno alemán, la bandera de la Alemania nazi, el saludo (muchos
lectores firmaban sus aportes “Mit deutschem Gruß” – “Con saludo alemán”). Al estallar la Guerra, la línea
editorial y muchas voces manifestaron lealtad patriótica a Alemania y a su
líder.
Cabe destacar que también hubo algunas
voces que expresaban una perspectiva opuesta, haciéndolo desde un enfoque
religioso, subrayando la necesidad de la obediencia a Dios y de asumir una
actitud patriótica argentina y de la dedicación a la patria celestial.
Rep. Sov. Soc. Autónoma de los Alemanes del Volga - 1926 |
Paralelamente
siguen apareciendo informes sobre migraciones de agricultores empobrecidos a
las grandes ciudades de la Argentina.
Frente
al gran conflicto internacional, durante un buen tiempo la Argentina mantuvo
una posición neutral, a pesar de las presiones del Departamento de Estado los
EE.UU. Finalmente, a principios de 1944 Argentina rompió relaciones
diplomáticas con los países del Eje. En el marco de las medidas de intervención
de instituciones, empresas, publicaciones y entidades alemanas, y debido a la
manifiesta simpatía de la línea editorial con el régimen alemán, en noviembre de
1944 la publicación de Riffel fue intervenida y clausurada por parte de la
Autoridad Provincial. En febrero de 1945 pudo volver a aparecer, con la
condición de que todos los artículos aparecieran con traducción al castellano.
Pero esta nueva fase fue de poca duración. Poco antes del final de la
conflagración, la Argentina le declaró la guerra al Eje. El semanario fue
clausurado definitivamente el 7 de abril de 1945. Había existido durante 17
años y se publicaron 824 números en total.
Un
mes después del cierre de la publicación, concluyó la Segunda Guerra Mundial,
con un saldo de unos sesenta millones de muertos entre soldados y población
civil; y con un costo humano, económico y político fatal para toda la
humanidad. El esfuerzo ideológico y cultural volcado a la publicación de
artículos, noticias y comentarios, como también todas las esperanzas vinculadas
a la alemanidad o germanidad suscitadas entre los alemanes del Volga en la
Argentina, se habían evidenciados como totalmente inútiles, falsos y funestos.
Dr. René Krüger
Decreto de liquidación de la República Soviética Socialista Autónoma de
los Alemanes del Volga y de confinar a sus habitantes a Siberia y a las
regiones orientales del país.
Una poesía sin título sobre una carneada y
choriceada de Alexander y Anna Kapobel, Estación Antelo, ER, 22.9.37, Der
Rußlanddeutsche 9 N° 29/446 (15.10.1937), p. 8.